domingo, 15 de noviembre de 2009

¿Qué elegimos en Octubre?

Una posibilidad y un camino



Este editorial pretende hablar del sí.

Del sí que es no, no a la impunidad.

Pero sí lo impune es el sistema,

¿cómo decirle que no a una parte de lo impune

sin decirle que no al todo?

De eso se trata, de encontrar respuestas, colectivas,

pensadas, contradictorias y fértiles.


Faltan menos de dos semanas para el final del mes en que una primera vuelta electoral no dará vuelta ninguna cuestión principal en la vida de los trabajadores y desposeídos de esta tierra.

Octubre devaluado; ya sin fuegos, sin aurora. Octubre de hasta siempre y venceremos, ahora solo octubre de primera vuelta para cosechar votos para cambiar algo para que nada cambie.

Sin embargo, este octubre, ese domingo, podemos abrir una posibilidad, iniciar un camino que nos encuentre, al menos, alerta, unidos en torno a algo, organizados aunque sea un poco. La ley caduca, la impune, la asesina, puede recibir un golpe; aunque ese golpe no sea mortal, dado que sabemos que existen muchos dispuestos a reanimarla de una u otra manera; sería buena cosa que una mayoría del cuerpo elector dijera que sí que es no: no a la barbarie, no a la vergüenza, no a seguir así.

Pueden no alcanzarse los votos y la ley quedar grabada a fuego para los poderosos, la clase dominante, su brazo armado, sus juristas; así es el sistema: impune y por tanto, la verdadera guerra contra la impunidad es de guerra contra el capital.

Podrán alcanzarse los votos y la ley quedará pendiente de un delgado hilo y los poderosos, la clase dominante, su brazo armado, sus juristas harán el resto; así es el sistema: tramposo, y por tanto, tendremos que darnos cuenta, definidamente, que poco puede esperarse de esta farsa llamada democracia liberal.

Se cambiará información por perdones; se castigarán crímenes bestiales con breves estadías en cárceles VIP; se hará mímica triunfalista; se harán pantomimas grandilocuentes.

Gane el sí o no, el sistema saldrá fortalecido, la clase poderosa mirará con gesto adusto a sus adalides, a sus sumisos representantes y nada trascendente pasará por estas tierras. Nada hará temblar las raíces de los árboles, apenas cierto estertor tardío molestará a algunos, en el mejor de los casos.

Lejos los fuego de octubre, aquella epopeya de soviets de campesinos y soldados, el cañón del Aurora. Lejos, quizás paradójicamente mas lejos, aquel octubre en La Higuera y aquellos ojos mirándonos y diciendo ahora ustedes continúen, no se detengan, hagan florecer cien, mil Viet Nams, como flores cargadas de futuros.

Alguien dijo por ahí: “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”; nosotros nos animamos a matizar que puede cambiarse la verdad construyendo otra verdad mas grande, mas poderosa, mas humana. Esa verdad debe construirse desde abajo, desde la pelea, pero también desde la inteligencia, que debe estar organizada para un camino que es largo, sinuoso y definitivo; ese camino es la revolución social, la de ese octubre rojo, la de ese octubre negro.

Votaremos en blanco contra el sistema y votaremos rosado contra el sistema, aunque sabemos que todo voto fortalecerá al mismo y que al mismo debemos oponerle otras cuestiones; abramos una posibilidad, un camino.

Comencemos a organizarnos con inteligencia para la pelea, para acercarnos al horizonte revolucionario; para la lucha por la construcción de una realidad nueva que seguimos llamando socialismo.

Consejo Editor

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Colectivo de “La Posta