domingo, 15 de noviembre de 2009

Nada mas revolucionario que la verdad


¿Qué pasó, qué pasa y qué pasará con LaPosta?



Solo siete números que nos permitieron emprender un camino y a pesar de todos los obstáculos pensamos continuar, cambiaremos de formato, utilizaremos otros medios de comunicación, la distribuiremos con mas creatividad y de otra forma, quizás en algún momento tengamos que imprimir a mimeógrafo o como sea, pero hoy como siempre respetamos el compromiso revolucionario asumido desde el primer número.

Cuando salimos con nuestro primer número, dijimos claramente que LaPosta no era otra cosa que un instrumento más al servicio de un área que no claudica, un área que se permite seguir pensando de forma independiente, con su propia cabeza.

Dijimos también que entendíamos, como continuamos entendiendo, que este instrumento sería complementario de otros que por el mismo camino y también con cabeza propia tratan de continuar andando los necesarios caminos de la REVOLUCIÓN, de manera creativa.

Dijimos y volvemos a decir que no tenemos bancos que nos “banquen”, ni diputados ni senadores que nos financien, pero que por sobre todo no tenemos inciensos que nos “beatifiquen” porque no pertenecemos a ninguna iglesia ni negra, ni roja.

Sostuvimos: “…es una realidad debido al sacrificio colectivo, tanto en lo que hace a su viabilidad financiera como a todas las cuestiones técnicas y periodísticas que lo sustentan. Creemos que es, esta, una hora de entrega, de despojamiento; al igual que un puñado de mujeres y hombres en tierra de Martí, en otras décadas, entregaron sus bienes para permitir que un ejército se armara y fuera a la sierra para derribar al lacayo del imperio, esta coyuntura en nuestra tierra implica otros sacrificios y después otros más serán necesarios. Esta herramienta se financia porque creemos en ella y se financiará porque muchos más creerán que es necesaria en la medida que demostremos, con honestidad, humildad y frontalidad que trabajamos para que los más infelices sean los más privilegiados; nuestro sacrificio es consciente, cuota para pagar la libertad que construimos.”

¿Qué pasó?

Imprimimos dos mil ejemplares, entregando al “monopolio no oficial” de la distribución mil quinientos; al día de hoy se nos rindió cuenta solo de los números uno, dos y tres, solo de Montevideo, de los doscientos destinados al interior jamás se nos entregó nada porque según dijo la distribuidora no se vendían, tampoco devolvieron los ejemplares destinados.

Algunos números:

Nº1 se nos liquidó el 52% del precio de tapa como estaba acordado, se vendieron 457 ejemplares en Montevideo, del interior aun hoy no sabemos nada.

Nº2 se vendieron 569 ejemplares en Montevideo, en el interior, en los dieciocho departamentos restantes cero.

Nº3 se vendieron 670 ejemplares, en los dieciocho departamentos restantes cero.

Los números cuatro, cinco, seis y siete no tienen hasta la fecha (15 de noviembre del 2009) liquidación.

Es fácilmente comprensible la deuda acumulada con la imprenta, la cual conociendo el “mercado” mejor que nosotros fue absolutamente comprensible y nos permitió refinanciar la deuda sin intereses y sin problemas legales de tipo alguno, ¡Gracias!!! ¡Sabremos cumplir!!!

¿Qué pasa y qué pasará?

El colectivo de redacción pasará a publicar en este blog gratuito hasta el mes de marzo y al mismo tiempo trabajará para que lo antes posible pueda salir una edición en papel, con más hojas, formato diferente y distribución alternativa.

A todos los compañeros, a todos !!!

Gracias por confiar en nosotros y colaborar con los artículos, entre todos demostramos que podemos y lo que es mas importante, que continuaremos pudiendo; en cuanto al distribuidor y los intereses que representa, bueno que sepan que no será “el escollo” puesto el que nos detendrá, ni mucho menos el no liquidar lo que corresponde o guardar los ejemplares y devolverlos sin abrir los paquetes salidos de imprenta (evidencia que quedaban bajo el mostrador de la distribución), porque este pueblo, al cual también nosotros pertenecemos siempre, a tenido y continuará teniendo brazos anónimos y manos compañeras capaces de pintar de los mas diversos colores el amanecer, después de una noche de sudores compartidos.

Colectivo de Redacción de LaPosta

¿Qué elegimos en Octubre?

Una posibilidad y un camino



Este editorial pretende hablar del sí.

Del sí que es no, no a la impunidad.

Pero sí lo impune es el sistema,

¿cómo decirle que no a una parte de lo impune

sin decirle que no al todo?

De eso se trata, de encontrar respuestas, colectivas,

pensadas, contradictorias y fértiles.


Faltan menos de dos semanas para el final del mes en que una primera vuelta electoral no dará vuelta ninguna cuestión principal en la vida de los trabajadores y desposeídos de esta tierra.

Octubre devaluado; ya sin fuegos, sin aurora. Octubre de hasta siempre y venceremos, ahora solo octubre de primera vuelta para cosechar votos para cambiar algo para que nada cambie.

Sin embargo, este octubre, ese domingo, podemos abrir una posibilidad, iniciar un camino que nos encuentre, al menos, alerta, unidos en torno a algo, organizados aunque sea un poco. La ley caduca, la impune, la asesina, puede recibir un golpe; aunque ese golpe no sea mortal, dado que sabemos que existen muchos dispuestos a reanimarla de una u otra manera; sería buena cosa que una mayoría del cuerpo elector dijera que sí que es no: no a la barbarie, no a la vergüenza, no a seguir así.

Pueden no alcanzarse los votos y la ley quedar grabada a fuego para los poderosos, la clase dominante, su brazo armado, sus juristas; así es el sistema: impune y por tanto, la verdadera guerra contra la impunidad es de guerra contra el capital.

Podrán alcanzarse los votos y la ley quedará pendiente de un delgado hilo y los poderosos, la clase dominante, su brazo armado, sus juristas harán el resto; así es el sistema: tramposo, y por tanto, tendremos que darnos cuenta, definidamente, que poco puede esperarse de esta farsa llamada democracia liberal.

Se cambiará información por perdones; se castigarán crímenes bestiales con breves estadías en cárceles VIP; se hará mímica triunfalista; se harán pantomimas grandilocuentes.

Gane el sí o no, el sistema saldrá fortalecido, la clase poderosa mirará con gesto adusto a sus adalides, a sus sumisos representantes y nada trascendente pasará por estas tierras. Nada hará temblar las raíces de los árboles, apenas cierto estertor tardío molestará a algunos, en el mejor de los casos.

Lejos los fuego de octubre, aquella epopeya de soviets de campesinos y soldados, el cañón del Aurora. Lejos, quizás paradójicamente mas lejos, aquel octubre en La Higuera y aquellos ojos mirándonos y diciendo ahora ustedes continúen, no se detengan, hagan florecer cien, mil Viet Nams, como flores cargadas de futuros.

Alguien dijo por ahí: “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”; nosotros nos animamos a matizar que puede cambiarse la verdad construyendo otra verdad mas grande, mas poderosa, mas humana. Esa verdad debe construirse desde abajo, desde la pelea, pero también desde la inteligencia, que debe estar organizada para un camino que es largo, sinuoso y definitivo; ese camino es la revolución social, la de ese octubre rojo, la de ese octubre negro.

Votaremos en blanco contra el sistema y votaremos rosado contra el sistema, aunque sabemos que todo voto fortalecerá al mismo y que al mismo debemos oponerle otras cuestiones; abramos una posibilidad, un camino.

Comencemos a organizarnos con inteligencia para la pelea, para acercarnos al horizonte revolucionario; para la lucha por la construcción de una realidad nueva que seguimos llamando socialismo.

Consejo Editor

Equipo de Redacción

Colectivo de “La Posta

Artigas siempre vuelve (LP Nº7

Vigencia revolucionaria del artiguismo

Artigas somos NOSOTROS

El proyecto artiguista revolucionario, federal, popular y afincado en la tierra en manos de quienes la trabajan ha sido usurpado por los intereses de la burguesía y los sectores vinculados con el imperio; asimismo, desde filas de intención revolucionaria, unas veces se lo minimiza y no se lo comprende como elemento significativo y esencial de cualquier proyecto a futuro; de igual modo, otras veces, se pretende, desde una lectura no dialéctica, asumirlo como tal sin evaluar y comprender los cambios estructurales, superestructurales y culturales que se han desarrollado desde ese momento hasta el aquí y el ahora.

Para nosotros, el artiguismo, desde una unidad estratégica a nivel regional, desde las autonomías tácticas, desde una visión revolucionaria que toma para sí el derecho a la emancipación y a la lucha a todo nivel para alcanzar la misma, mantiene y señala (desde ciertas cuestiones principales que no sólo tienen vigencia sino que, hoy más que nunca, son necesarias) las claves para desarrollar unidad(es) orgánicas, programáticas y metodológicas.

Si bien es cierto que, en su momento, la revolución artiguista planteó un programa que no podía caracterizarse como socialista, nadie puede negar su condición antimperialista y revolucionaria avanzada por sobre cualquier otro proyecto emancipatorio americano.

Hoy, en los comienzos del siglo que debe emancipar a los pueblos del mundo, so pena de acabar con la humanidad toda, el artiguismo ofrece algunos rasgos esenciales a rescatar y desarrollar; apuntamos los que creemos principales.

El proyecto revolucionario a desarrollar no puede pasar por cada pequeña comarca; debe definirse a nivel regional en primera instancia y vincularse a lo continental inmediatamente.

El segundo aspecto a atender tiene que ver con la defensa del patrimonio tierra y recursos naturales; estos deben estar en manos de quienes producen y esta producción no puede dejar lugar para la apropiación privada de los mismos, la generación de plusvalía o la especulación. Deben generarse focos de resistencia antisistémica, primeramente propagandísticos, luego defensivos y más tarde de franco combate.

El tercer rasgo es la lucha frontal contra la clase dominante y su soporte imperial mundial; esta lucha no pasa por el marco del sistema, obviamente, y no puede encaminarse al pueblo detrás de proyectos que especulen en ese sentido en función de tacticismos absorbentes o intereses grupales. Por eso reafirmamos lo del párrafo anterior; debemos ser subversivos.

Otro rasgo a considerar es la diversidad, más si consideramos la región y el continente; por tanto, las luchas, las metodologías y los proyectos resultantes, considerando los rasgos previamente señalados, permitirán, en un carácter de federación con autonomías, desarrollar el proceso revolucionario que debe ser socialista.

Estos apuntes, obviamente, son un simple esquema de trabajo y deberán pensarse colectivamente; de todas formas, estamos convencidos que el artiguismo es mucho más que memoria, historia o consigna; es la única posibilidad de liberación y redención para los pueblos de nuestras comarcas.

De igual modo, si abrevamos objetivamente en el proceso que transcurre entre 1811 y 1820, podremos desentrañar claves vigentes para trazar las estrategias necesarias desde el punto de vista popular, y decimos popular porque hoy, desde la destrucción de la base económica y social, escasamente pueda hablarse exclusivamente de proletariado; esto no significa renunciar al planteo de clase sino, afirmándolo, implica comprender que existen otros sectores en la sociedad que son objeto de explotación, expropiación y expoliación. Los sectores objetivamente perjudicados por el sistema son numerosos y deben ser convergentes en la intencionalidad revolucionaria; este factor, ahora subjetivo, depende del papel de las organizaciones y de su trabajo en el sentido de difundir, insertar y afianzar el proyecto.

El principal desafío que vivimos hoy es retomar una visión ajena al concepto de lo “nacional” y, asimismo, retomar la lucha por los verdaderos paradigmas que deben hacerse carne en los sectores explotados; estos paradigmas deben desarrollarse urgentemente con inteligencia, con ductilidad y con la convicción de que la lucha por la liberación no depende de las organizaciones y sí de los pueblos pero éstos requieren de la organización; esta contradicción debe superarse permanentemente en un proceso que convierta los diversos “nosotros” en el necesario e imprescindible “NOSOTROS”, como un Artigas que camine por cada suelo de la pacha mama enarbolando las herramientas necesarias para acabar con este sistema caduco y criminal llamado capitalismo y que se apoya en la mal llamada democracia que es, a no dudarlo, la dictadura de la clase dominante.

Artigas siempre vuelve; esta vez para quedarse.