miércoles, 22 de julio de 2009

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:: Portada del primer ejemplar de LA POSTA

:: POR QUÉ editamos «La Posta»

UNA HERRAMIENTA NECESARIA

La presente coyuntura parece poco propicia para hablar de intenciones revolucionarias, de epopeyas y utopías y, sin embargo, esos son nuestros objetivos.

Nos encuentra la porfiada realidad casi al final del primer periodo de gobierno “progresista”; el mismo no ha querido, o no ha sabido, encontrar soluciones a los problemas que afectan a los sectores populares. Observamos y creemos, con preocupación e inquietud, que el rumbo que se ha adoptado es diametralmente opuesto al que hubiera permitido comenzar a transitar caminos de modificaciones estructurales que favorecieran los intereses de estos sectores, que son, de alguna manera, los que justificarían y darían razón de ser a un gobierno de transformaciones profundas, que para ello, para procesar las mismas, es que nació hace décadas la coalición que hoy administra el Estado.
Por qué nos encontramos donde estamos y cómo hemos llegado hasta aquí son sólo algunas de las respuestas que buscaremos desde estas páginas; de igual manera buscaremos otras respuestas, las cuales, necesariamente, deberán hurgar en el imprescindible mejor destino de un pueblo que, a lo largo de la historia, ha visto que los sucesivos gobiernos no han modificado en nada las relaciones sociales de un sistema que se muestra debilitado a escala mundial y que pretende reestructurarse, ahora, artificial y artificiosamente.
Esta publicación que hoy, por primera vez, llega a manos de los lectores, pretende, ante todo, ser un medio que favorezca el pensamiento, propicie el debate y viabilice una búsqueda permanente en una dirección inequívoca; el objetivo del colectivo que edita “La Posta” es retomar una senda que en algún momento fue abandonada. La presente coyuntura parece poco propicia para hablar de intenciones revolucionarias, de epopeyas y utopías y, sin embargo, esos son nuestros objetivos.
Nos encontramos en un momento en el que todo parece lento, casi inmóvil; nos enfrentamos a una suerte de “realismo pragmático” que nos ata a lo posible desde una perspectiva paralizante y, sin embargo, todo indica, a lo largo y ancho del planeta, que hoy es más necesario que nunca replantearse todo; al menos ese todo que nos ofrecen como único menú.
Esta herramienta periodística es posible y será viable en primer lugar porque un puñado de mujeres y hombres estamos comprometidos con unas ideas y sabemos que las ideas se convierten en hechos sólo con consecuencia y sacrificio; este proyecto que hoy sale a luz, pero que se ha incubado durante meses, es una realidad debido al sacrificio colectivo, tanto en lo que hace a su viabilidad financiera como a todas las cuestiones técnicas y periodísticas que lo sustentan. Creemos que es, esta, una hora de entrega, de despojamiento; al igual que un puñado de mujeres y hombres en tierra de Martí, en otras décadas, entregaron sus bienes para permitir que un ejército se armara y se fuera a la sierra para derribar al lacayo del imperio, esta coyuntura en nuestra tierra implica otros sacrificios y después otros más serán necesarios. Esta herramienta se financia porque creemos en ella y se financiará porque muchos más creerán que es necesaria en la medida que demostremos, con honestidad, humildad y frontalidad que trabajamos para que los más infelices sean los más privilegiados; “nuestro sacrificio es consciente; cuota para pagar la libertad que construimos.”
“La Posta” no es un medio de prensa que exprese la opinión de un colectivo orgánico político particular pero tampoco es, y no queremos que lo sea, un medio neutral o inexpresivo donde exista espacio para todo y para todos; en nuestras páginas pensaremos, opinaremos, discutiremos, debatiremos y escucharemos a distintas voces.
Este medio de prensa no es un fin en sí mismo y por tanto, a cada número y en cada página se confrontará con las necesarias transformaciones que iremos construyendo paso a paso entre los que no tenemos nada que perder a no ser las mismas cadenas.
Desde estas páginas hablaremos con claridad y profundidad; expresaremos dudas y certezas; miraremos la historia hacia atrás para, desde el presente, proyectarla hacia el futuro; intentaremos decir en voz alta lo que muchos piensan y otros dicen en voz baja pero, ante todo, asumimos un compromiso: desde estas páginas expresaremos inclaudicablemente la necesidad de transformaciones profundas porque creemos que ya no quedan muchos cambios por hacer sin caer en caricaturizaciones de cambios.

Por último expresamos que estas páginas ya no son nuestras, pasan, desde hoy mismo, a ser de todos los lectores y, fundamentalmente de todos quienes han visto junto a nosotros, a lo largo de la historia, cómo los poderosos han trampeado el destino de los pueblos.

CONSEJO EDITOR
Equipo de Redacción
Colectivo de «La POSTA»
Montevideo, Uruguay / 4 de junio de 2009